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Mónica Olvera Molina

Conferencia del Agua de Naciones Unidas



Este artículo busca compartir una reflexión breve sobre el alcance del impacto que, como organizaciones locales, podemos tener en torno a los retos de gobernanza del agua en el mundo. De cómo un trabajo sólido en territorio nos puede llevar a incidir en estos espacios internacionales en donde se toman decisiones que nos afectan.



La Conferencia del Agua de Naciones Unidas 2023


Desde que la Agenda 2030 con sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible fueron suscritos por los Estados Miembros de las Naciones Unidas, éstos se han dado cuenta de que estamos lejos de cumplir ciertas metas, en particular, las correspondientes al ODS 6 en torno a garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos.


En este contexto, se impulsó el Decenio de Acción para el Agua para el Desarrollo Sostenible 2018-2028. Así entonces, la Conferencia del Agua de Naciones Unidas en su sede en Nueva York, del 22 al 24 de marzo de 2023, ha sido una reunión de medio término de dicha década, en vista de fortalecer los compromisos entre naciones ante una situación que se vislumbra crítica.


La Conferencia del Agua ha tenido un resultado ineludible: que la temática del agua vuelva a ser central en la discusión de la ONU. Es decir, ha sido un acontecimiento histórico, en tanto que una reunión cuya característica es poner en el centro el agua, no había sucedido desde 1977, lamentable, pero pasaron 46 años.


El evento se enfocó en los compromisos que pueden adquirir los países miembros. Sin embargo, está visto que para que éstos se cumplan y tengan relevancia política es fundamental la participación de la sociedad civil y su involucramiento en el proceso, hasta la cocina, pues sólo así las naciones asumen acuerdos fehacientes y los avanzan.



Lo estratégico de la Conferencia


Lo importante es que a raíz de la Conferencia del Agua de Naciones Unidas se generan y fortalecen sinergias muy amplias, como Redes del Agua, alianza latinoamericana, la cual involucra a diez organizaciones mexicanas y otras más de seis países, participamos de manera coordinada, uno de nuestros objetivos principales se centró en poner las necesidades, los retos y las propuestas en el avance de los derechos humanos al agua y al saneamiento de las comunidades rurales.


En ese orden de ideas, como organizaciones de diferentes países del mundo, suscribimos también el Manifiesto Water Justice, que entre otros aspectos, demanda que los «Estados reconozcan y apoyen las prácticas y a las organizaciones de gestión comunitaria del agua y del saneamiento promovidas por las comunidades campesinas y los pueblos indígenas, desarrollando partenariados público-comunitario respetuosos con sus saberes y tradiciones».


Durante la cobertura de la Conferencia del Agua, pudimos constatar que la gestión comunitaria del agua es una propuesta que va tomando amplio vuelo desde Latinoamérica, como quedó registrado en la participación del mandatario Luis Arce Catacora de Bolivia, quien en la Asamblea General, señaló como uno de los compromisos a adquirir por las naciones el:


Reconocer la autoridad de la gestión comunitaria del agua y del saneamiento básico de los pueblos indígenas originarios, campesinos, comunidades locales que desde su concepción protegen el agua como sustento de la vida, promoviendo incentivos de diverso tipo para su ampliación y fortalecimiento.

En fin, la intención no es que este se convierta en un artículo explicativo de la incidencia internacional, pero sí decirles que, en un espacio como es el de Naciones Unidas, donde más de 193 Estados miembros tienen que ponerse de acuerdo para impulsar agendas, el que nos hubiéramos encontrado con un posicionamiento contundente a favor de la gestión comunitaria del agua es una aliciente.


En el impulso a dicho compromiso, fue fundamental la participación de Glady Janeth, gestora comunitaria y parte de la junta de gobierno del OMSCAS de Berriozábal, y de Eusebio, gestor comunitario y representante de la APAMCH de Chenalhó. Asimismo, la participación de Patricia Silva, quien compartió también su experiencia como líder, mujer, gestora comunitaria de la mixteca oaxaqueña.


Todas ellas pudieron participar a través de su palabra en los eventos paralelos a la Conferencia del Agua. Dieron cuenta de que el acarreo del agua va más allá de un kilómetro puesto que llegaron hasta Nueva York, que hacen todo lo posible para que en sus comunidades haya agua. Glady compartía con Patricia a manera de reconocimiento de su arduo trabajo: «estamos aquí porque somos gestoras comunitarias del agua».


En esta estrategia de la «pinza» donde hacemos que lo global fortalezca las propuestas locales, como Redes del Agua construimos la oportunidad de platicar con Martha Delgado, subsecretaría de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, sobre el Reconocimiento Constitucional de la Gestión comunitaria del Agua. Ella se comprometió a apoyar la propuesta y generar una mesa de trabajo al respecto.


Es así, hay que estar en donde los tomadores de decisión están para impulsar los pactos que nos hacen bien, para demostrar que estamos comprometidos y comprometidas con las propuestas que impulsamos, que ¡vamos porque vamos!, así sea en silla de ruedas.


¡Gracias!




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