Representantes de patronatos de agua de ocho localidades indígenas de Chenalhó, uno de los municipios con mayores niveles de marginación en Chiapas, conformaron la Asociación de Patronatos de Agua del Municipio de Chenalhó (APAMCH), con el propósito de que su voz sea escuchada y poder realizar gestiones e incidencia para solucionar la precaria situación de acceso al agua de las poblaciones que habitan en esta demarcación.
El reciente 20 de diciembre, a través de un acuerdo intercomunitario, la APAMCH se comprometió a trabajar en favor de la vida de las niñas y los niños, jóvenes y personas adultas mayores. Así como de las mujeres, «que luchan día a día por tener el vital líquido en cada uno de los hogares. El agua es parte de nuestra cultura e identidad y es nuestra vida», indican en el acta.
El texto expone que en Chenalhó, la mayor parte de sus localidades enfrentan diversas problemáticas de acceso, abastecimiento y calidad del agua. Para resolver la situación, han tenido que acudir al acarreo de fuentes lejanas, problemática que a corto y mediano plazo afecta la salud de la población.
En este municipio indígena tsotsil de 47 mil 180 habitantes, los datos oficiales indican que la totalidad de su población se encuentra en situación de pobreza. El Informe anual sobre la situación de pobreza y rezago social 2022, elaborado por la Secretaría de Bienestar, precisa que unas 26 mil 900 personas no tienen acceso al agua.
Los patronatos
En Chiapas, los patronatos de agua se conforman por ciudadanos de una misma comunidad para prestar el servicio de agua, varias de las veces surgen como una respuesta organizada, aunque incipiente en recursos económicos y capacidades técnicas, ante la imposibilidad del municipio para garantizar el derecho al agua en sus comunidades rurales.
Otras experiencias asociativas de patronatos de agua se han manifestado en Chiapas, en recientes años, ante la imperiosa necesidad del reconocimiento de la gestión comunitaria del agua. De la APAMCH participan los representantes de los patronatos de agua de las comunidades siguientes: Centro Nuevo Yibeljoj, Chimix Dos, Tercera Fracción Canolal, Vayúm Vakaxtik, Tzabalhó, Poconichim, Bachen de Poconichim, San José Majomut.
La APAMCH tiene por parte de sus objetivos: trabajar de manera colectiva para incidir en los distintos espacios institucionales, gubernamentales u otras instancias y, así ser «tomados en cuenta para expresar nuestras necesidades comunitarias en torno al agua». También, impulsar acciones e iniciativas desde la base comunitaria para encontrar mejores vías de gestión de infraestructuras e incidir en las políticas públicas que afectan a sus comunidades.
Los integrantes de la APAMCH participaron, en meses pasados, en eventos como el Primer Foro de Escucha Estatal, realizado en Tuxtla Gutiérrez, y el Encuentro Interestatal de Organizaciones Comunitarias de Servicios de Agua y Saneamiento, donde participaron otros gestores y gestoras comunitarias del agua, provenientes de Oaxaca, Campeche, Veracruz, Yucatán y Chiapas.
En ambos actos, indicaron, «pudimos constatar que las diferentes problemáticas que se enfrentan de los estados coinciden en nuestro territorio, por lo que en algunos ya se ve mayor organización social, a través de creaciones de figuras asociativas. Es por ello que nosotros, en el municipio indígena de Chenalhó, es importante dar el primer paso hacia la creación de una figura colectiva de patronatos de agua, para incidir en los diferentes espacios, instituciones gubernamentales en sus tres niveles de gobierno y así encontrar las mejores vías de gestión, de soluciones de infraestructura para el abastecimiento de agua y su calidad en cada una de nuestras localidades».
Lo retos
En la lectura de Eusebio Pérez, representante de la APAMCH, desde hace un par de años, la presencia de la asociación civil Cántaro Azul en cada una de las comunidades ha sido fundamental para trabajar en la búsqueda de soluciones de las diversas problemáticas relacionadas con el abasto y calidad del agua. Con ello, han mejorado el abastecimiento de agua mediante la captación de agua de lluvia, la rehabilitación de sistemas de agua entubada y se ha trabajado en la mejora de la organización comunitaria a través de diferentes estrategias como: concientización, sensibilización de manera participativa y colectiva.
Sin embargo, entre los retos que destacan se encuentra el que «la figura del patronato de agua no es reconocida ante los gobiernos municipales, estatales, el federal y en la Ley que nos rige, ya que obstaculiza nuestras acciones de gestión o simplemente no tenemos el impulso para incidir en las agendas públicas de quienes nos representan y, tampoco contamos con información actualizada de cómo acceder a los diferentes programas y apoyos con los que cuenta el gobierno en sus tres niveles».
A falta de ese reconocimiento, los patronatos no cuentan con recursos suficientes tanto económicos como técnicos. Sin embargo, cada vez más, los patronatos reconocen sus propias capacidades como una organización estratégica para impulsar el avance del derecho al agua en espacios con grandes rezagos en la materia. Y están exigiendo que el Estado de manera coherente los reconozca también, puesto que sólo así se pueden construir soluciones sustentables y sostenibles para las comunidades rurales del país.
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