Me siento muy afortunada de poder compartir algunas vivencias que surgen al visitar nuestras escuelas como parte de nuestro programa. Todo comienza al salir de la ciudad y de su caos. En el camino, comienzo a observar la naturaleza y toda la tranquilidad que sólo ella nos puede dar.
Cada escuelita tiene su particularidad, y también cada actividad que hacemos, pero hoy me voy a enfocar a una en especial, donde la falta de agua y la falta de servicios de saneamiento era un problema que trascendía año con año. Les contaré una experiencia que tuve en un recorrido escolar. Este recorrido escolar se realiza con papás y mamás o algún comité de la comunidad o de la escuela, también nos acompañan docentes, maestros o maestras, y nos acompañan niños y niñas, que son estas personas las que van a ser parte de nuestro Comité de Ambientes Escolares Saludables (CAES).
Ahora bien, en este recorrido, me tocó participar con un equipo encargado de visitar salones y áreas verdes. En esta actividad pudimos identificar ciertas problemáticas para después darles una priorización. Lo que sonaba mucho era que los salones estaban desordenados, sucios, con telarañas. En la plática que tuvimos justamente era ¿por qué los salones estaban así? Sabemos que las escusas siempre salen a la luz. Los docentes decían que era por falta de agua, pero lo que me llamó la atención fue que una niña del CAES comenzó a decir que para que el salón estuviera ordenado, no necesitaban agua. También dijo que para que el salón estuviera con una limpieza correcta en el piso, como barrer o sin telarañas tampoco se necesitaba agua. Ella comentaba que siempre lo que debería de hacer era tener más organización.
Es ahí donde entra el protagonismo y la importancia que tiene darle voz y voto a nuestros niños y a nuestras niñas. También comentaba ella que el hecho de tener agua era muy importante para su desarrollo. Por lo cual nosotros dijimos que, nuestro deber primordial debe ser el poder dar un acompañamiento, justamente, a estos niños y niñas, a docente, a papás y mamás para poder hacer cumplir estos derechos. Porque sabemos que niños y niñas tienen derecho a crecer en un ambiente saludable y un espacio en donde el aire, agua y tierra están libres de contaminación.
Nuestras actividades pedagógicas siempre están pensadas en darle este protagonismo infantil. Porque muchas veces, nosotros como adultos normalizamos ciertas acciones, o ciertos ambientes en donde los niños y las niñas no se sienten seguras. Por eso creemos que si nosotros les damos ese poder de tener la información, vamos a ser adultos responsables con el medio ambiente, con el cumplimiento de sus derechos y con una vida más digna para ellos.
