Me llamo Carolina actualmente desempeño los roles de gestora y facilitadora social en el programa de Gestión Comunitaria del Agua y el Saneamiento (GCAyS) así como el de pre-ensambladora de mesitas. Me siento afortunada de pertenecer a una gran casa que me ha enseñado tanto.
Bien, les cuento que yo entre a Cántaro Azul hace 7 años más o menos e inicie como voluntaria en el área de tecnología, debido a que no contaba con experiencia (eso era un obstáculo para encontrar un trabajo,) así que, cuando llego a la fundación, me hablan de las diferentes áreas de trabajo en NuestrAgua (Redes Comunitarias, Agua Segura en Escuelas, franquicia Social, Tecnología y Calidad de agua) y el área que más llamó mi atención fue estar en «tecnología».
Allí aprendí a conocer y usar herramientas que no sabía que existían y que usaba para el armado y pre-ensamblado de algunas tecnologías para el tratamiento de agua y hacerla segura para su consumo y que eran instaladas en escuelas y comunidades (prismas y mesitas azules). Posteriormente me fui involucrando en temas administrativos como, el ser responsable de todo lo que había y se hacía en el taller y en compras.
Con esto fue toda una nueva experiencia, porque hasta este punto ya tenía la responsabilidad de estar más atenta en cómo y a dónde se iban todos los insumos que había en resguardo dentro del almacén y todo lo que se compraba en temas de infraestructura. Para esta etapa, aprendí a relacionarme más con las personas que conocía y romper el miedo a hablar con las personas que no conocía. El seguimiento y acompañamiento que me dio en su momento el que era el coordinador de tecnología, me ayudó a confiar en mi misma y con ello aprendía a negociar con proveedores nuevos y mejorar la relación que se tenía con los proveedores frecuentes. Siempre he sentido el acompañamiento y el respaldo de mis colegas y eso me da la seguridad en lo que hacía e impulsaba a dar lo mejor de mí.
Ahora, en esta otra etapa como gestora social, he aprendido de viva voz a escuchar como es el trabajo y las acciones que hacen las comunidades y sus autoridades comunitarias, en especial a los patronatos de agua del municipio de Sitalá y algunas localidades de Tenejapa. Y ver todo el proceso organizativo, asociativo y operativo que tiene cada comunidad para conseguir un poco de agua a sus familias, es de admirarse, porque te hacen sentir lo que están viviendo por falta de éste vital líquido, y la aceptación y apropiación de las familias que tienen baños secos en sus hogares.
Ser parte de un equipo que da alternativas de solución para que las comunidades no sufran tanto de este problema es una gran alegría, y escuchar como las familias agradecen que estemos trabajando con ellos para contribuir a la mejora de la calidad de vida de cada uno de ellos es gratificante.
Finalmente, agradezco enormemente todo este aprendizaje adquirido y las oportunidades que la fundación me ha ofrecido, para, confiar más en lo que hago y vencer algunos retos que he tenido personalmente.
