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Hermanas emprendedoras

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Leticia López Solórzano y Sonia López Solórzano 

Socias del Kiosco NuestrAgua “El Porvenir”, El Porvenir Agrarista, La Trinitaria, Chiapas.

Los retos de vivir sin acceso a agua

Cuando Leticia y su hermana Sonia recuerdan su infancia, mencionan los retos a los que se han enfrentado, desde entonces, para acarrear agua hasta su casa; en ocasiones caminaban más de dos horas diarias para recolectar agua en recipientes que llegaban a pesar hasta 20 kilos; algunas veces, y con un poco de suerte, su abuelo les prestaba un burro para poder transportar  el agua en cántaros de plástico o barriles de madera. Tiempo después, con el apoyo de las autoridades y de la comunidad se construyó un pozo profundo y una red entubada para distribuir agua a las familias. Sin embargo, las prácticas agrícolas y el uso de pesticidas contaminaron el río y las únicas fuentes de agua que la comunidad consideraba seguras. En sus recuerdos mencionan que, así como ellas, otras niñas y niños tomaban agua directamente de la llave, aumentando significativamente el riesgo de contraer infecciones gastrointestinales.

“Veíamos larvas en el agua, pero no sabíamos qué eran.”
- Leticia
Usos y costumbres que trascienden generaciones.

Leticia y Sonia crecieron con desconfianza hacia la red de agua potable, por ello replicaron durante muchos años la práctica que su madre les enseñó: hervir el agua para hacerla segura. Así como ellas, muchas mujeres en el mundo, principales usuarias y administradoras de los servicios de agua, emplean el tiempo que podrían destinar a estudiar, trabajar o a realizar cualquier otra actividad de su interés, en buscar agua y emplear algún método para desinfectarla. 

A pesar de los constantes esfuerzos de ambas para llevar agua segura a sus hogares, sus familias tenían que acudir constantemente a consultas médicas debido a la presencia de dolores estomacales relacionados con la ingesta de agua contaminada.

Romper la barrera del miedo

Motivadas en encontrar una solución a este problema y con la llegada del programa Nuestra Agua Franquicia Social a su comunidad, Sonia y Leticia no dudaron en aprovechar la oportunidad de emprender su Kiosco de Agua Segura. Si bien les ha implicado enfrentar algunos retos, también les ha permitido consolidar el sueño de tener su propio negocio que aporta a la economía familiar y además les permite proveer de agua segura a su comunidad.

"Quise emprender este trabajo con mis compañeras, ya que eso me da confianza de saber la calidad del agua y el proceso de purificación."

Con la finalidad de garantizar el buen funcionamiento del Kiosko y el éxito del modelo, Cántaro Azul proporciona a las franquiciatarias, como Sonia y Leticia, asistencia técnica enfocada en la medición de calidad de agua y operativa para lograr el óptimo manejo y mantenimiento de los Sistemas de Agua Segura, conformados por equipo de almacenamiento, filtración y desinfección.


Sonia y Leticia son ahora un ejemplo de emprendimiento para su comunidad. Gracias a los aprendizajes adquiridos hoy comparten con sus clientes y su comunidad la confianza de beber agua segura para una vida más saludable.

“Ahora estoy convencida que el agua que estoy purificando es de calidad y no representa un riesgo para mi familia. “
- Leticia
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