Hoy, que celebramos el 17º aniversario de Cántaro Azul, siento la necesidad de compartir un mensaje que proviene directamente desde mi corazón y de mi historia dentro de esta maravillosa organización, anhelo transmitir de alguna manera las experiencias vividas por todas las personas que han formado parte de este espacio a lo largo de los años, individuos que, al igual que yo, han atravesado situaciones similares.
Cuando me integre a Cántaro Azul hace ya 12 años, jamás imaginé hasta qué punto se convertiría en un pilar fundamental de mi existencia, recuerdo vívidamente aquellos primeros días repletos de emoción, inquietud y nerviosismo, fui recibida con los brazos abiertos por un equipo excepcional de tan solo seis personas, quienes, con el paso del tiempo, se convirtieron en mi segunda familia.
La trayectoria profesional en Cántaro Azul está sin duda alguna marcada por el compromiso, la dedicación y el enfoque en el crecimiento personal de cada individuo. Este enfoque puede llevarnos a alcanzar logros extraordinarios y a enfrentar innumerables desafíos, los cuales a su vez nos brindan aprendizajes y recompensas invaluables.
Al iniciar un proyecto, es natural que la emoción por la oportunidad nos embargue por completo, quizás, en un principio, ocupemos una posición de apoyo, pero no debemos subestimar la importancia de nuestro papel ni dejar de dedicarnos a realizar nuestras tareas de la mejor manera posible, debemos arriesgarnos a aprender rápidamente, familiarizarnos con nuestras responsabilidades y atrevernos a crear, probar y equivocarnos.
Desde mi propia experiencia, he aprendido que la pasión por el trabajo impulsa el aprovechamiento de cada oportunidad para adquirir nuevos conocimientos y habilidades y estar dispuestos a crear nuevas ideas, asumir tareas adicionales y creer en nosotros mismos.
Durante mi tiempo en Cántaro Azul, he sido testigo de un crecimiento asombroso, tanto a nivel organizacional como a nivel personal, cuando me integre, éramos tan solo seis colaboradores, pero a lo largo de los años hemos crecido hasta convertirnos en un equipo de 90 personas. En este proceso, he tenido la fortuna de presenciar cómo algunos colegas han decidido seguir nuevos caminos y embarcarse en aventuras fuera de Cántaro Azul, también he experimentado el reencuentro con antiguos compañeros y compañeras en diferentes etapas de mi vida y he tenido el placer de dar la bienvenida a nuevos integrantes.
Mi historia en Cántaro Azul, al igual que muchas otras, demuestra que las oportunidades están al alcance de aquellos que se esfuerzan y se comprometen con su desarrollo profesional y personal, a través de este compromiso, experimentamos una transformación tanto en nuestras habilidades como en nuestra mentalidad. La pasión por aprender y la determinación en nuestras acciones diarias son los motores que nos impulsan hacia adelante.
Sin embargo, más allá de los logros individuales, lo que realmente hace especial este lugar de trabajo es la suma de todas las personas que formamos parte de él. Debemos ser conscientes de que gran parte de nuestro tiempo lo dedicamos aquí, compartiendo risas, vivencias en el campo y en la oficina, atravesando momentos difíciles y celebrando triunfos juntas y juntos.
He sido testigo de cómo Cántaro Azul ha evolucionado y se ha adaptado a los cambios, aunque en ocasiones nos ha costado adaptarnos, hemos enfrentado crisis difíciles que han afectado nuestro ánimo y nuestra motivación, a veces nos hemos enfocado más en lo que no se ha logrado o en lo que no se ha cumplido, lo que ha debilitado la comunicación y ha disminuido el reconocimiento de las aportaciones de nuestros colegas, e incluso de las propias, esta realidad no puede negarse. Sin embargo, también es cierto que, dentro de esta realidad, cada uno de nosotros ha dado lo mejor de sí mismo para superar estos obstáculos. Desde mi experiencia personal, puedo afirmar que es en estos momentos de adversidad donde encontramos el impulso para seguir adelante con más fuerza y madurez y en lugar de considerarlos derrotas o fracasos, los transformamos en actos de valentía y resiliencia. Hemos demostrado ser una fuerza imparable cuando trabajamos juntos.
Hoy, en este aniversario, quiero expresar mi profundo agradecimiento a cada uno de ustedes por su compromiso y dedicación, contribuyendo así al crecimiento y consolidación de Cántaro Azul. Nuestro trabajo en equipo ha sido fundamental para alcanzar los resultados que hemos obtenido.
Me siento sumamente agradecida por tener la oportunidad de formar parte de esta familia laboral durante estos 12 años. Me enorgullece decir que soy parte de Cántaro Azul.
Colegas, recordemos que cada día es importante aplaudir nuestros desafíos, nuestras equivocaciones, nuestros logros, nuestra valentía y nuestra resiliencia. El camino que recorremos no es fácil, pero así son los caminos de crecimiento para aquellos que se atreven a romper barreras y a construir posibilidades adicionales que contribuyan a una vida digna, no solo para nosotros mismos, sino también para los demás.
Celebremos nuestros éxitos, por pequeños que sean, y aprendamos de nuestros errores, ya que cada paso que damos nos acerca más a nuestra visión compartida y nos impulsa hacia un futuro brillante.
Sigamos adelante, reconociéndonos e inspirándonos mutuamente, y creciendo juntas y juntos.
Somos verdaderamente excepcionales.
Comments